Esta película de ciencia ficción (tan realista que parece un futuro inmediato) expone la historia de un hombre solitario llamado Theodore (Joaquin Phoenix), que se enamora de la inteligencia, la empatía y la voz sensual de Samantha (Scarlett Johansson), que no es una mujer de carne y hueso, sino un sistema operativo de inteligencia artificial.
Por otro lado, me gustaría destacar el trabajo del protagonista como redactor de cartas personales. La paradoja es que nunca teclea, corrige ni edita: sólo busca las ideas originales y las palabras acertadas para expresar aquello que sus clientes quieren enviar a sus destinatarios. La tecnología de la inteligencia artificial sólo hace la faena farragosa de redactar según los requerimientos mecánicos de la escritura: los formatos, las convenciones, las normas.
A veces creo que ya he sentido todo lo que puedo sentir y que a partir de ahora no sentiré nada nuevo, sólo versiones menos intensas de lo que ya he sentido.
Spike Jonze, 2013
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