La primera película de Ben Affleck como director presenta un gran dilema moral. En los suburbios pobres de Boston desaparece una niña de 4 años, hija de una drogadicta llamada Helene (Amy Ryan). Los jóvenes detectives privados Patrick (Casey Affleck) y Angie (Michele Monaghan) ayudan al sargento Bressant (Ed Harris) y al veterano capitán de policia Jack Doyle (Morgan Freeman) a intentar resolver el enigma del secuestro.
Sin destripar el argumento aquí lanzo unas preguntas: ¿Debemos juzgar a los demás? ¿Es correcto amañar o hacer trampas para así hacer un bien mayor? ¿Por qué no llamar a los servicios sociales en casos de extrema necesidad? ¿Es ético que una niña inocente esté con una madre drogadicta que no sabe ni el nombre de su muñeca?
Ben Affleck, 2007
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