La película del director estadounidense Brian de Palma se abre con unas imágenes reales del éxodo de Mariel de mayo de 1980, cuándo el dictador Fidel Castro permitió el exilio de miles de cubanos hacia los EEUU. Entre los refugiados había cientos de presos.
Uno de ellos es Tony Montana (Al Pacino), que tiene una herida en el rostro (que da nombre a su apodo, "Scarface") que simboliza la herida de estos pobres hombres que sufrieron la cárcel castrista y un pasado violento y cruel.
Tony Montana y su amigo del alma Manny Rivera se meten en el mundo sórdido de las mafias y la droga por necesidades económicas, y, como en una especie de sueño americano amoral, llegan muy lejos con gran ambición y esfuerzo.
Pero el poder tiene un precio, un precio que pagará Tony muy alto al renunciar a su familia, a su mujer y a su amigo.
Brian de Palma, Scarface, 1983
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